lunes, 12 de noviembre de 2007

Ceferino fantoche


La beatificación de Ceferino Namuncurá no sólo causó felicidad, orgullo y agradecimiento en los fieles que llegaron a territorio mapuche para festejar el acontecimiento. También reavivó el dolor de las heridas abiertas de una parte importante de la comunidad originaria, que se siente invadida y colonizada. Ese sector rechazó ayer la beatificación de Namuncurá y la consideró un regalo que llegó sin ser pedido. "Es una verdadera ofensa a nuestra historia y a nuestra memoria. La beatificación de Ceferino es una manipulación que nos genera mucho dolor", le dijo a Clarín Jorge Nahuel, werken (portavoz) de la Coordinación de Organizaciones Mapuche (COM) y director nacional de Pueblos Originarios.

Muchos mapuches consideran que la identidad de Namuncurá no responde a la tradición católica y lo ven a él como una víctima. "Fue engañado, parte del botín de guerra de la conquista.

A él le tocaba responder a los kurá (originarios de las piedras) pero eso se cortó y hasta le pusieron un nombre ajeno, como Ceferino. Perdió la armonía porque lo sacaron de su tierra", razonó Peti Piciñam, integrante del Centro de Educación Mapuche, quien sostiene que el beato murió en Roma no sólo por la tuberculosis (una enfermedad europea) sino por la pena de estar lejos de su lugar. "El pertenece a este espacio territorial y nos indigna que se siga utilizando para dominar y evangelizar a nuestro pueblo", continuó Piciñam.

No toda la comunidad mapuche siente de la misma forma. De hecho, es un pueblo donde quienes mantienen la cosmovisión auténtica conviven con evangelistas y mormones y, desde luego, con los practicantes del culto católico. Para esos, el de ayer fue un día sublime. "Le venimos a agradecer a Tata Dios que ahora tenga como werken al peñi (hermano) Ceferinito y así pueda ayudarnos a todos nosotros", dijo Celedonio Liñán, el lonko (jefe político) de la localidad neuquina de Loncopué. "Algunos hermanos tienen una visión distinta porque a los mapuches nos tenían escondidos. Por eso ahora el 'santo' nos puede ayudar a resolver algunos de nuestros problemas", se ilusionó Liñán.

Para Piciñam fue justamente ése el motivo de la conversión de Ceferino. "Nos causa mucho dolor que él creyera que podía salvar a nuestra tierra y se entregara pensando que así se acabaría tanto dolor, tanta muerte", lamentó. Sin embargo, desde este sector respetan a sus hermanos católi cos. Durante la semana pasada trascendió que jóvenes de la comunidad planeaban una protesta al mismo tiempo de la ceremonia de beatificación. "Así son los jóvenes, con tanta adrenalina. Pero no se iba a hacer, nosotros respetamos, aunque lograron dividirnos", remarcó Peti.

"Nuestro rakizuam o pensamiento circular nos impide levantar a una persona como más santo ni más héroe que otros. Todos formamos parte equilibrada del mismo círculo natural, no hay jerarquías. Luchamos contra las invasiones y no aceptamos este perverso título para un hermano nuestro que murió a manos de la misma colonización", concluyó Jorge Nahuel.


Fuente: Clarín

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