miércoles, 12 de septiembre de 2007

Quines dicen hacer política, quienes dicen ser política, quienes hablan de política, quienes buscan evitar la política, quienes la halagan, quienes la insultan. Desde los mas indiscutibles y amados políticos, hasta los mas nefastos tiranos, desde la política gubernamental de economía cerrada hasta la que se entrelaza y confunde dentro de otras fronteras. Políticas hacia fuera, políticas hacia adentro, aparatos gigantes que dicen hacer, ser politica. Ideales políticos. Ideólogos de derecha que se burlan de la izquierda, ideólogos de izquierda que destrozan las teorías de derecha, y hasta “ambidiestros” del pensamiento, que no les queda otra que ahogarse en sus propios conceptos.
Una palabra tan manoseada que da asco. Para tantos la solución, para otros tantos la esencia de todo mal...la esencia de todo mal es el hombre....somos garcas por naturaleza, lo dijo Maquiavelo. Yo lo banco.
No hay política tan apolítica como la partidaria. Imposible. Una derecha omnipotente con el poder entre sus manos. Una izquierda que lo anhela, se vende por poco y lo paga caro...
Derecha, izquierda...escribí, pateà, pensà o decidí con el hemisferio del cerebro que más te guste pero estate seguro que, dentro del comité, no vas a encontrar política. Ni en tu interpretación de Marx vas a encontrar política, ni metiendo el alma de Gramsci en tu cuerpo vas a poder hacer política. Reviví a Adam, llámalo a Weber, a Rousseau si tenes ganas, o a quien quieras que da igual. Tiempos y espacios agotados, controlados y absolutamente delineados son los que tenemos para movernos y, supuestamente dentro de ellos...hacer política. Y nosotros los aceptamos, militamos. De entre la militancia es que surge y se resalta un afortunado, quien mañana será soberano. El decidirá por mi, por vos, por el, por todos, por nadie.
El será nosotros, nosotros jamás el.
Partidos y movimientos que se pujan le hegemonía. Un Estado como mujer, y miles de pretendientes en busca de sus placeres.
Las verdaderas acciones política nacen en el seno de nuestras más pequeñas decisiones, dentro de esos diminutos actos. Cada decisión tomada, cada sentimiento, cada palabra, cada pensamiento, cada segundo (...perdón; mejor no hablemos de segundos...es un tiempo que no nos corresponde, aunque nos hayan hecho creer que es nuestro) carga con una idea madre que moldea.
Tiempos y espacios nuevos es la consigna, la salida. La unión es el camino. Tracemos esos lazos de solidaridad que se empeñaron en desdibujar, ya que si lo hicieron fue por algo. Si nos quieren acá, estemos haya. Si nos quieren a tal hora, no estemos en ninguna hora. O en todas al mismo tiempo.
Si jugamos el juego con las reglas del otro, si jugamos el juego con las reglas del monstruo, una de dos; o nos come y morimos en el intento, o hasta sin darnos cuenta (o cerrando los ojos para no ver) nos transformamos en parte de él.
Yo no se si se entiende. No se si se quiere entender. No se si lo saben, pero hoy día somos presos del tiempo y el espacio dominante. Siempre se hablo de que el desarrollo de la igualdad condiciona a la libertad y viceversa, siempre se opto por alguno...pero hoy día somos ilusos
desiguales que nos creemos libres.
Tiempos y espacios nuevos.
Tiempos y espacios nuestros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy como una madre en pleno ejercicio del babero para que no se note el orgullo. Algo mío hay en vos y mucho tuyo hay en mí. Y sabé que la omnisciencia es una trampoa del discurso. No hay nada más placentero, nada más doloroso que las palabras porque tienen pliegues y allí siempre se esconde el monstruo que no queremos jamás ver. Te amo, Colo