martes, 25 de septiembre de 2007

Recordatorio para épocas electorales



Asesinatos, fusilamientos, y todos en tu nombre mi querida.

Lamento ensuciar tu prontuario, pero ya el negro tiñe tu blanco.
La sangre corre de arriba abajo en tu historia, sin importar edades, sexos o religiones (parece que no hay dios que salve las atrocidades que se cometen en tu nombre).
Quienes toman tu palabra mi querida, se presentan como los conocedores de la verdad, únicos sabios entre la barbarie inculta, los iluminados.
Ellos miran para adelante, con la frente hacia arriba, por el bien de todos (y contra todos), y ahí subyace la ironía.
La historia acontece la llegada de estos conocedores, desde sus inicios hasta el rotundo presente, parece que estas mentes criminales encuentran su fundamento en La Verdad, y todo en tu nombre mi querida, todo en tu nombre.
Cada delicada letra de tu palabra graban en sus fusiles de plata, oro y bronce, y te pronuncian y te predican en discursos infames sin dudar, con gritos en lo alto, condenando a quienes prohiben a cualquiera de tu derecho.

Ay mi querida libertad, no permitas que nunca usemos tu nombre con estos fines, si sus discursos carecen de verdaderas buenas intenciones.
Ellos no pueden seguir ensuciando tu nombre, libertad, grabadas sus lanzas, te usan para matar, buscan fundamentos irrisorios para una utopía que proclaman y a la que –en verdad- nunca buscan llegar.

¿y con qué medios te buscan, qué atropellos contra la humanidad?

Solo porque ellos La tienen, los defensores de La Verdad, te utilizan entre sus palabras, burlan tu esencia usándote como argumento en discursos y acciones que van en contra de tus ideales mi querida.

¡Ay mi libertad! Ojalá no ensucien mas tu nombre esas bocas nefastas.

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